Estaciones de carga electrónica al límite: ¡las medianas empresas luchan contra la burocracia!

Estaciones de carga electrónica al límite: ¡las medianas empresas luchan contra la burocracia!

El comercio estacionario en Alemania se enfrenta a un desafío crucial. Los operadores de gasolineras confían cada vez más en las estaciones de carga para vehículos eléctricos para prepararse para un futuro con movilidad moderna. Sin embargo, los elevados costes de inversión y un panorama burocrático de difícil acceso presionan especialmente a las empresas medianas. Alto Mundo Para muchas personas, invertir en estaciones de carga no merece la pena. Carsten Müller, director general de la asociación federal de gasolineras independientes (BfT), describe la siguiente situación: A las estaciones de carga rápida sólo llega aproximadamente un coche eléctrico al día. Estas cifras muestran lo difícil que es la situación actual para los operadores de estaciones de carga.

En 2024, los miembros del BfT, que representan un total de 2.766 gasolineras en Alemania, solo vendieron 9.000 kilovatios hora a estaciones de carga eléctrica. Esto equivale a alrededor de 100 gastos de electricidad para los coches eléctricos más grandes. A pesar del dinámico desarrollo del número de automóviles, que aumentó de 41,7 millones a 49,1 millones, las cifras de ventas de estaciones de carga siguen siendo aleccionadoras. El número de estaciones de servicio se mantiene estable en unas 14.000, pero las ventas de combustibles fósiles siguen siendo la principal fuente de ingresos, aunque cada vez son menos importantes.

Obstáculos burocráticos para las estaciones de carga electrónica

Los principales obstáculos para la ampliación de las estaciones de carga eléctrica son los largos plazos de aprobación y la falta de conexiones de red. Müller describe las estaciones de carga como “objetos a descartar” para muchas empresas medianas. Las inversiones necesarias para instalar una estación de carga de alto rendimiento (Hypercharger) pueden ascender a unos 350.000 euros, lo que supone una carga considerable para las pequeñas empresas. Bundestag informa que se está tramitando un proyecto de ley para modernizar la legislación fiscal sobre la electricidad y la energía con el fin de reducir la burocracia y aliviar la carga de los operadores de estaciones de carga. El borrador da la oportunidad a los usuarios de vehículos eléctricos de no ser considerados proveedores cuando cargan de forma bidireccional y así evitar obligaciones fiscales.

Sin embargo, numerosos críticos expresan su preocupación. La Federación de Industrias Alemanas (BDI) se queja de que la ayuda beneficia principalmente a la administración y no a las empresas. También existen preocupaciones sobre la carga económica en otras áreas, como la carga fiscal sobre la bioenergía.

Costos crecientes y fuentes alternativas de ingresos

Otro riesgo económico para las gasolineras es el aumento previsto del salario mínimo a 15 euros. Esto podría aumentar aún más los costos laborales, que ya representan entre el 53% y el 62% de los costos operativos. Por este motivo, muchos operadores también se plantean automatizar sus ofertas o introducir opciones de autoservicio. Esta evolución podría influir en el futuro de muchas gasolineras de tamaño medio, cuyas principales fuentes de ingresos, además de la venta de combustible, son el negocio de tiendas y servicios como el lavado de coches.

Con una facturación media de 1,25 millones de euros al año y un beneficio de 235.148 euros, los productos del tabaco (66%) y las bebidas (11%) son los productos más populares en las gasolineras, mientras que la venta de combustibles fósiles sigue desempeñando un papel central. ¿Pero hasta cuándo seguirá siendo así? Teniendo en cuenta los cambios en la movilidad y la creciente presión sobre la industria, el desarrollo de la movilidad eléctrica podría ser crucial para el futuro de las gasolineras en Alemania.