Generación Z en crisis: ¡Así lucha un estudiante contra el problema del dinero!

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Experimente la realidad financiera de estudiantes alemanes como Wilma Schneider, que compagina trabajos a tiempo parcial y el apoyo de sus padres.

Generación Z en crisis: ¡Así lucha un estudiante contra el problema del dinero!

Wilma Schneider, una estudiante de 22 años de Munich, lucha contra los desafíos económicos de la vida durante sus estudios y también trabaja como limpiadora. Después de siete horas de duro trabajo, con el pelo sucio y el maquillaje corrido, habla de su día a día y de las dificultades que se le presentan. Su presupuesto mensual de habitación es de 650 euros por sólo 11 metros cuadrados en un piso compartido donde vive con dos amigas. El alquiler total es de 2.000 euros por 60 metros cuadrados, lo que en su opinión es bastante aceptable para Munich, aunque también cuenta con el apoyo de sus padres. "Esto no es suficiente. Por eso ahora estoy limpiando", dice, tomándose con humor la presión de la situación financiera.

La Generación Z en el punto de mira

Wilma se siente agobiada por los prejuicios sobre su generación. A la Generación Z a menudo se la acusa de pereza y falta de ética laboral. "Creo que tenemos el privilegio de poder dedicarnos a profesiones creativas", subraya. Se encuentra en el tercer semestre de la carrera de diseño de comunicación y es consciente de los desafíos asociados al mismo. “Se nos permite estudiar lo que amamos, pero eso no siempre es fácil”, explica. Para ellos, los debates sobre la igualdad de género, especialmente la prohibición de género por parte del Primer Ministro de Baviera, Markus Söder, son otra señal de que muchas de las cuestiones que los definen están siendo ignoradas. "Parece como si nos estuvieran frenando a nosotros y a las cuestiones que son importantes para nosotros", afirma Wilma, que sigue con preocupación la evolución de la política.

Teniendo en cuenta su experiencia profesional en el sector de la moda, el salario de los sastres, que ronda los 2.410 euros brutos al mes de media, no se percibe precisamente como color de rosa. Mientras que los jóvenes profesionales pueden ganar casi 1.980 euros, los sastres experimentados pueden ganar hasta más de 4.300 euros, lo que pone de relieve la presión financiera de Wilma. Refleja que muchos estudiantes de profesiones creativas a menudo se quedan por detrás de los salarios medios, lo que refuerza la necesidad de un trabajo a tiempo parcial para mantener el nivel de vida. “Todo es parte del juego, lo tomo como viene”, concluyó Wilma.