Porsche en crisis: Blume bajo presión: ¿tiene que tomar una decisión?
Porsche y VW están bajo presión, mientras que el director general Oliver Blume es criticado por su doble función. La crisis provoca advertencias sobre ventas y beneficios.
Porsche en crisis: Blume bajo presión: ¿tiene que tomar una decisión?
Porsche AG y su empresa matriz, Volkswagen, se enfrentan actualmente a importantes desafíos financieros que presionan a la dirección corporativa. Oliver Blume, director ejecutivo de ambas empresas, se enfrenta a crecientes críticas a medida que los accionistas exigen que elija uno de los dos puestos para establecer prioridades claras. Blume describe la situación como una “tormenta violenta” en la que influyen tanto los problemas internos como factores externos, como el conflicto comercial con Estados Unidos. Porsche se ve especialmente afectada porque la empresa produce en Europa para el mercado estadounidense.
Un análisis reciente muestra que el mercado chino está colapsando más rápido de lo esperado. En los últimos dos años, las ventas de Porsche en China han caído un 39%, lo que ha afectado duramente a los fabricantes de automóviles, incluido Porsche. Las ventas alcanzaron un máximo de 95.000 vehículos en 2021, pero cayeron a menos de 56.900 en 2024. Como resultado, el rendimiento de Porsche cayó al 14%, cuatro puntos porcentuales menos que el año anterior. El año pasado, los beneficios cayeron un 30% y en el primer trimestre de este año cayeron más del 40%.
Críticas al doble papel de Oliver Blume
Desde su nombramiento como director general de Volkswagen a finales de 2022, Blume ha sido cada vez más criticado. Un equipo editorial de Handelsblatt le ha pedido que renuncie a uno de sus puestos de liderazgo para no perjudicar a ambas marcas. A Blume se le acusa de no gestionar eficazmente su tiempo entre Volkswagen y Porsche. Si bien Volkswagen es más grande en términos de ventas de vehículos y posee el 75% de Porsche, Porsche tiene una mayor capitalización de mercado debido a mejores márgenes de beneficio.
El control de Porsche sigue estando directamente en manos de Volkswagen y de las familias propietarias Porsche y Piëch. Las cuestiones estratégicas, en particular las relativas a China y las cuestiones aduaneras, siguen sin resolverse, lo que aumenta la incertidumbre. Los accionistas están perdiendo cada vez más la paciencia con Blume, sobre todo teniendo en cuenta que Porsche ocupa una posición baja en el índice de gobierno corporativo.
Volver a los modelos con motor de combustión y otras medidas
Para estabilizar la situación, Porsche planea volver al mercado algunos modelos con motor de combustión, como el Macan. El descenso de las nuevas matriculaciones en Europa es ya del 23,3%. Además, Porsche tuvo que reducir gastos el año pasado en alrededor de 1.500 millones de euros, casi tres veces más de lo esperado inicialmente. Las previsiones de ventas y beneficios también se han deteriorado; Una caída del 27% en los ingresos operativos en los primeros nueve meses del año indica la situación crítica.
En general, queda por ver qué medidas tomará Oliver Blume para sacar a Porsche de esta crisis. Una decisión clara sobre su doble función no sólo podría garantizar la seguridad de la planificación de la empresa, sino también recuperar la confianza de los accionistas.