La energía nuclear está en auge: a principios de la década de 2050 se duplicará la capacidad nuclear, lo que aumentará considerablemente la necesidad de uranio, una oportunidad interesante para los inversores.

La energía nuclear está en auge: a principios de la década de 2050 se duplicará la capacidad nuclear, lo que aumentará considerablemente la necesidad de uranio, una oportunidad interesante para los inversores.

Según un informe de www.focus.de, la demanda de uranio ha aumentado considerablemente en todo el mundo debido a las centrales nucleares previstas o en construcción. Los precios del uranio han aumentado alrededor de un 125 por ciento desde finales de 2020 y se espera que esta tendencia continúe en los próximos años. Esto se debe principalmente a que actualmente es difícil llegar a dos de los mayores países productores de uranio, Rusia y Níger.

Dado que el uranio se utiliza como combustible para las centrales nucleares, la creciente demanda de uranio también tendrá repercusiones en el mercado. Los precios del uranio han subido recientemente a su nivel más alto en doce años, un aumento del 244 por ciento en los últimos seis años. Además, Kazajstán, como mayor usuario de uranio, ya se ha beneficiado de este desarrollo.

Los inversores ya han seguido esta evolución y están invirtiendo cada vez más en empresas mineras de uranio. El precio de las acciones de algunas empresas ya ha aumentado considerablemente. También existen fondos pasivos que rastrean el mercado del uranio y son accesibles para los inversores.

Se espera que la creciente demanda de uranio provoque nuevos aumentos de precios, ya que la producción de uranio y las capacidades de enriquecimiento de uranio no se han ampliado lo suficiente en todo el mundo. Esto ha provocado que las refinerías funcionen actualmente a toda velocidad.

En general, cabe señalar que la creciente demanda de uranio debido a la expansión prevista de las centrales nucleares en todo el mundo provocará cambios significativos en el mercado del uranio. Los inversores y los pequeños inversores pueden beneficiarse de esta evolución invirtiendo en empresas mineras de uranio o en fondos pasivos.