Gasolineras en transición: las estaciones de carga electrónica luchan contra obstáculos burocráticos
Las gasolineras están invirtiendo en estaciones de carga electrónica, pero luchan contra la burocracia y la caída de las ventas de gasolina. ¿Cuáles son los desafíos?
Gasolineras en transición: las estaciones de carga electrónica luchan contra obstáculos burocráticos
En Alemania, los operadores de gasolineras se enfrentan a importantes retos debido a la creciente electrificación del transporte. Alto Mundo Muchas gasolineras están invirtiendo en ampliar su infraestructura con estaciones de carga para estar preparadas para un futuro con menos motores de combustión. Sin embargo, esta elevada inversión no parece hasta ahora rentable para las gasolineras de tamaño medio. Los obstáculos burocráticos y las infraestructuras inadecuadas están frenando la necesaria expansión de las estaciones de carga electrónica.
Carsten Müller, director general de la asociación federal de gasolineras independientes (BfT), señala que en las estaciones de carga rápida de Alemania sólo se carga aproximadamente un coche eléctrico cada tres días. El BfT representa un total de 2.766 gasolineras e informa que la venta media de electricidad en las estaciones de carga electrónica es de 9.000 kilovatios hora al año, lo que corresponde a unos 100 procesos de carga. Una inversión en una estación de carga de alto rendimiento, también conocida como hipercargador, cuesta alrededor de 350.000 euros. A pesar de estos elevados costes, la venta de gasolina y diésel sigue contribuyendo de forma significativa a la columna vertebral económica de las gasolineras, aunque este volumen de ventas tiende a bajar.
Desarrollo y desafíos del mercado
El mercado de gasolineras en Alemania se mantiene estable con unas 14.000 ubicaciones, aunque el número de coches aumentó de 41,7 millones en 2010 a 49,1 millones en 2024. Las cinco grandes empresas, como Aral, Shell y Esso, siguen dominando el mercado, mientras que los operadores medianos representan casi la otra mitad de las ventas. Para estas gasolineras de tamaño medio, las tiendas y los lavaderos de coches son las fuentes de ingresos más importantes. De media, una gasolinera miembro del BfT genera unas ventas de 1,25 millones de euros y un beneficio de 235.148 euros. Los productos de tabaco y las bebidas son los principales productos vendidos.
Los empresarios perciben el anuncio del Gobierno federal de que aumentará el salario mínimo a 15 euros como un grave riesgo para la rentabilidad de sus empresas. La proporción de los costes salariales en los costes operativos se sitúa actualmente entre el 53% y el 62% y podría aumentar hasta el 70% con el aumento. Además, muchas gasolineras tienen dificultades para encontrar personal, especialmente en zonas rurales, lo que se traduce en horarios de apertura reducidos. Sin embargo, por su función de abastecimiento, cuentan con permisos especiales para su funcionamiento en horario nocturno y festivos.
Reducir la burocracia en la ley energética
Además, el borrador estipula que los usuarios de vehículos eléctricos con carga bidireccional no están catalogados como proveedores y por tanto no tienen que pagar impuestos. Esto podría evitar la doble imposición al utilizar el almacenamiento de electricidad. Sin embargo, los críticos del sector, incluida Annette Selter de BDI, se quejan de que este proyecto de ley podría provocar una enorme acumulación de burocracia que no beneficiaría a las empresas, sino sólo a la administración.
En general, los operadores de gasolineras se enfrentan a una compleja zona de tensión entre las inversiones necesarias, el aumento de los costes salariales y los obstáculos burocráticos. Los próximos meses podrían ser cruciales para determinar con qué éxito los actores de la industria superarán los desafíos que se avecinan.