La UBS cambia el nombre de más de 400 fondos: ¿qué hay detrás de los nuevos nombres de sostenibilidad?

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El 21 de mayo de 2025 entraron en vigor nuevas directrices de la ESMA sobre la denominación de fondos ESG para brindar transparencia a las inversiones sostenibles.

La UBS cambia el nombre de más de 400 fondos: ¿qué hay detrás de los nuevos nombres de sostenibilidad?

El 21 de mayo de 2025 entraron en vigor nuevos requisitos del regulador financiero europeo ESMA para la denominación de fondos ESG. Estas medidas tienen como objetivo garantizar una mayor transparencia y claridad para los inversores interesados ​​en inversiones sostenibles. En este contexto, muchas sociedades de fondos han cambiado el nombre de sus fondos sin revisar sustancialmente sus estrategias de inversión. La atención se centra especialmente en el gran banco UBS, que ha cambiado el nombre de aproximadamente la mitad de sus fondos afectados y, por tanto, es uno de los actores más activos.

Como parte de esta ola de cambio de nombre, términos como “sostenible”, “clima” o “ESG” fueron reemplazados por formulaciones más suaves como “selección”, “seleccionado” o “comprometido”. Sin embargo, estos nuevos términos no están sujetos a los mismos requisitos regulatorios y permiten que los fondos continúen invirtiendo en empresas que dañan el clima. Un estudio de Finanzwende, Urgewald y Facing Finance muestra que 674 fondos en toda Europa han cambiado de nombre, de los cuales 427 tienen inversiones directas en fósiles por un valor total de alrededor de 13.700 millones de euros.

Requisitos reglamentarios y sus efectos.

Las nuevas directrices de la ESMA exigen que los fondos con ciertos términos de sostenibilidad en sus nombres excluyan a las empresas de combustibles fósiles e inviertan al menos el 80 por ciento de los activos del fondo de acuerdo con la estrategia mencionada en el nombre. Esto refleja el enfoque de las sociedades de gestión de capitales (KVGen), que deben garantizar que la información sobre sus productos sea correcta y clara. Esto se destaca especialmente en la Directiva (UE) 2024/927. Sin embargo, Alison Schultz de Finanzwende critica el cambio de nombre como inadecuado porque no representa ningún cambio real y abusa de la confianza de los inversores.

Lo que llama especialmente la atención es que la UBS eliminó la designación "Sostenible" durante los cambios y ahora etiquetó como "Lista de vigilancia" fondos que antes estaban etiquetados como respetuosos con el medio ambiente. Además de UBS, otras empresas como State Street (56%) y Northern Trust (49%) también han tomado medidas similares. Esto genera preocupación sobre la verdadera motivación detrás de estos cambios de nombre.

El papel de la ESMA y sus directrices

La ESMA tiene el mandato de desarrollar directrices sobre nombres de fondos que diferencien entre diferentes términos. Los grupos incluyen:

  • Transition-, sozial- oder Governance-verwandte Begriffe
  • Umwelt- oder Impact-verwandte Begriffe
  • Nachhaltigkeit-verwandte Begriffe

Por ejemplo, los fondos que tienen "Transición" en su nombre deben observar exclusiones estacionales basadas en el Punto de Referencia de Transición Climática (CTB), mientras que los fondos con "Medio Ambiente" en su nombre están sujetos a exclusiones estrictas del Punto de Referencia Alineado con París (PAB). Las exclusiones incluyen empresas que violan las directrices del UNGC o la OCDE o que generan altos ingresos a partir de combustibles fósiles.

Como parte de los nuevos requisitos, KVGen debe cumplir diferentes condiciones dependiendo del plazo del nombre del fondo. En el caso de fondos con conceptos de sostenibilidad, al menos el 50 por ciento del volumen del fondo debe invertirse en inversiones sostenibles. Esta normativa deberá aplicarse a todos los fondos existentes a partir del 21 de mayo de 2025, salvo que se adapten antes a las nuevas directrices.

Los plazos están claramente establecidos: las directrices de la ESMA se publicaron en todos los idiomas de la UE el 21 de agosto de 2024 y BaFin anunció el 1 de octubre de 2024 que las aplicaría. Los inversores deben ser conscientes de que el nombre de un fondo tiene un impacto significativo en su estrategia y decisiones de inversión.