Federweißen Cosecha 2025: ¡Condiciones perfectas para una gran añada!

Federweißen Cosecha 2025: ¡Condiciones perfectas para una gran añada!

El Instituto Alemán del Vino (DWI) calificó las perspectivas para la cosecha de vino de 2025 como “magníficas”. Los viñedos de las 13 regiones vitivinícolas alemanas están sanos y bien desarrollados. Según un análisis actual de DWI, que se incluye en el informe Periódico Borken Según se publicó, se espera que la cosecha de Federweißen comience aproximadamente al mismo tiempo que el año pasado. En 2024, la primera Federweißer se cosechó alrededor del 19 de agosto.

Ernst Büscher, portavoz de DWI, comentó la situación de los viticultores y predijo que el inicio general de la cosecha para las variedades de uva de maduración temprana será en la primera semana de septiembre. Federweißer, que es mosto de uva elaborado con variedades de uva blanca con fermentación incompleta, tiene un contenido de alcohol más bajo y un sabor ligeramente espumoso.

Condiciones climáticas y sus efectos.

La situación se ha mantenido prácticamente estable en las últimas semanas. Aparte de algunas granizadas aisladas, las vides no sufrieron daños importantes debido al clima. Las temperaturas récord de principios de julio provocaron sólo esporádicamente quemaduras solares en las uvas. Sin embargo, existe preocupación por la falta de precipitaciones o su distribución desigual en muchas regiones, lo que resulta especialmente estresante para los viñedos jóvenes con raíces poco profundas. El clima durante la cosecha será crucial para la calidad de la cosecha.

Las condiciones ideales para las vides incluyen al menos 1.300 horas de sol al año, una temperatura media de al menos 15°C durante la floración y 18°C ​​durante la temporada de crecimiento. Las precipitaciones anuales deben oscilar entre 400 y 500 mm para asegurar un crecimiento óptimo de las vides, según información de Instituto Alemán del Vino aclarar.

Cambio climático y desafíos

El cambio climático trae consigo condiciones climáticas extremas, que ya se han hecho notar en los últimos años. Por ejemplo, el verano fresco y lluvioso de 2010 provocó altos niveles de acidez en mostos y vinos jóvenes, lo que planteó desafíos a los métodos tradicionales de elaboración del vino.

Otro ejemplo es el año 2018, en el que las vides empezaron a florecer hasta dos semanas antes de lo habitual. Sin embargo, a pesar de las escasas precipitaciones, los rendimientos fueron enormes. A largo plazo, la falta de precipitaciones supone una carga considerable para las vides.

Se advierte a los viticultores del riesgo de heladas cuando las temperaturas bajan en primavera. Las heladas nocturnas a partir de -1°C pueden ser peligrosas para los brotes jóvenes. Para contrarrestar esto, los enólogos utilizan diversas medidas, como pequeñas turbinas eólicas estacionarias para hacer girar el aire y congelar velas. También se utilizan métodos innovadores como el cultivo biodinámico con preparados de valeriana.

En general, la situación para los viticultores sigue siendo tensa, pero la evaluación positiva del DWI sobre la próxima cosecha podría ser motivo de esperanza.