Seguro de salud animal para mascotas: ¿merece la pena contratarlo?

Seguro de salud animal para mascotas: ¿merece la pena contratarlo?

Los alemanes aman a sus mascotas y, a menudo, las consideran miembros de su familia. Los costes de tener una mascota pueden ser importantes: por ejemplo, los dueños de gatos gastan una media de 59 euros al mes, mientras que los dueños de perros pueden esperar gastar 75 euros al mes. En caso de enfermedad o lesión, los costes veterinarios pueden alcanzar rápidamente los cuatro dígitos. Teniendo en cuenta estos gastos, muchos dueños de mascotas se preguntan si vale la pena tener un seguro médico para sus mascotas.

El seguro médico para mascotas ofrece una variedad de beneficios dependiendo de factores como la edad, raza, ubicación y salud del animal. Las primas mensuales pueden variar según la tarifa que elijas y empezar desde menos de diez euros. Un seguro a todo riesgo para perros y gatos puede costar hasta 100 euros al mes. Con una esperanza de vida de unos diez años, los dueños de mascotas pueden esperar unos costes totales de entre 1.000 y 12.000 euros.

Los estudios muestran que algunas pólizas de seguro ofrecen beneficios integrales, mientras que otras se centran en áreas específicas, como las cirugías. Por ello, los defensores de los consumidores recomiendan comprobar atentamente las tarifas y las condiciones del seguro antes de tomar una decisión. Una comparación cuidadosa de las pólizas puede ayudar a encontrar la protección óptima para su mascota.

Es importante tener en cuenta que el seguro médico para mascotas normalmente solo cubre tratamientos médicamente necesarios. Es posible que ciertos procedimientos como la esterilización o castración no sean reembolsables. También suele haber un deducible de alrededor del 20 por ciento y un límite anual a los gastos veterinarios. Además, existe un período de carencia de tres meses por enfermedad, mientras que los accidentes suelen estar cubiertos de forma inmediata. A pesar del seguro, los dueños de mascotas pueden enfrentarse a la posibilidad de rescindir el contrato si los costos del tratamiento son extremadamente altos.