La política climática de China para 2025: ¿punto de inflexión o callejón sin salida para la Tierra?
La política climática de China 2025: un punto de inflexión para las emisiones globales. Importancia para Europa y la diplomacia climática de la UE.

La política climática de China para 2025: ¿punto de inflexión o callejón sin salida para la Tierra?
La política climática global se encuentra en un punto de inflexión crucial a medida que aumentan las temperaturas y aumentan los fenómenos meteorológicos extremos. En este contexto, Estados Unidos se retira una vez más de su responsabilidad internacional, lo que llama cada vez más la atención sobre Berlín, Bruselas y Pekín. La política climática de China en particular juega un papel clave en el esfuerzo por alcanzar el objetivo de 1,5 grados del Acuerdo Climático de París. China, que se convirtió en el mayor emisor mundial de gases de efecto invernadero en 2006, representa ahora el 30% de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero y el 28% de las emisiones de CO2, con unas emisiones per cápita de 10,1 toneladas, comparables a las de los países desarrollados de la OCDE y superiores a la media de la UE.
En 2025 se podría alcanzar un punto de inflexión en la política climática de China, ya que las emisiones de CO2 podrían disminuir por primera vez, a pesar de la creciente demanda de energía. Esto está en línea con el próximo 15º Plan Quinquenal de China, cuyos objetivos climáticos nacionales (NDC) actualizados deben presentarse a las Naciones Unidas antes de febrero de 2025. Estos objetivos darán forma a la política climática china hasta 2035 y determinarán si los objetivos climáticos de París siguen siendo realistas.
Los objetivos climáticos de China y su responsabilidad internacional
Estos acontecimientos se producen en un momento en que las ciudades de China sufren una grave contaminación del aire, lo que puede verse en parte como un impulsor de la acción política climática. La política de reforma y apertura de Deng Xiaoping, que comenzó hace unos 40 años, generó un enorme crecimiento económico y permitió a cientos de millones de personas escapar de la pobreza. Pero este crecimiento también estuvo acompañado de un aumento masivo de la contaminación ambiental, que contribuyó al calentamiento global. El consumo de carbón de China se ha multiplicado por más de diez desde 1965, y el país produce y consume más de la mitad del carbón del mundo.
En el contexto del próximo modelo de NDC, es crucial que Alemania y la UE asuman un papel más activo en la diplomacia climática. Especialmente después de la retirada de Estados Unidos, Alemania podría actuar como puente en el diálogo con China. Sin embargo, para hacer demandas creíbles a China, Alemania debe defender sus propias ambiciones climáticas. La lucha climática se ve obstaculizada por desafíos internos dentro de la UE y Alemania, lo que aumenta la urgencia de actuar estratégicamente en política climática.
El papel de China en la protección climática internacional
Las decisiones que tome China este año tendrán un impacto significativo sobre si se podrá alcanzar el objetivo de 1,5 grados. A pesar del aumento de la inversión en energías renovables, el país sigue dependiendo en gran medida del carbón: en 2020 se pusieron en marcha 29 GW de nuevas centrales eléctricas alimentadas con carbón y se planean otros 200 GW entre 2021 y 2025. Tales decisiones podrían poner en peligro el logro de los objetivos, especialmente teniendo en cuenta que China sigue viéndose a sí misma como un país en desarrollo y, por lo tanto, exige justicia climática global.
Las autoridades federales alemanas deben desarrollar una comprensión más profunda de la importancia de China en la política climática y al mismo tiempo aprovechar el tiempo para acelerar sus acciones. Las innovaciones técnicas deben integrarse en la estrategia climática de China para lograr de manera efectiva los objetivos climáticos. El grupo de liderazgo de China para mejorar la eficiencia energética y el lanzamiento de un sistema nacional de comercio de emisiones en 2021 son pasos en la dirección correcta, pero la dependencia de los combustibles fósiles sigue siendo un enorme desafío.
Los próximos meses son cruciales para la diplomacia climática europea, especialmente en vista de la presentación de la NDC de China en septiembre. Está claro que sin la ambiciosa política climática de China, el cumplimiento del límite de 1,5 grados no es posible.
En general, está claro que el papel de China en la protección internacional del clima es indispensable. La lista de vigilancia climática seguirá ampliándose mientras la comunidad global espera ver cómo responde Beijing a los desafíos globales y qué medidas tomará para reducir las emisiones de carbono. Tanto China como la comunidad internacional enfrentan el desafío de encontrar el equilibrio entre el crecimiento económico y la protección ambiental para garantizar un futuro sostenible.