La economía rusa al borde del abismo: ¡las empresas informan de caídas drásticas!
La economía rusa en 2025: estancamiento a pesar del gasto público, inflación creciente y condiciones comerciales tensas. Una mirada a los desafíos.

La economía rusa al borde del abismo: ¡las empresas informan de caídas drásticas!
La economía rusa enfrenta numerosos desafíos en 2025. Si bien se mantuvo en gran medida estable durante los dos primeros años del conflicto de Ucrania, las cifras económicas actuales muestran tendencias alarmantes. Alto Mercurio El 34 por ciento de las empresas rusas afirman que su situación empresarial se ha deteriorado en los últimos seis meses. A modo de comparación: en mayo de 2024 era solo el 16 por ciento y en diciembre de 2022 era el 24 por ciento. Esto apunta a una tendencia preocupante.
Además, muchas empresas han paralizado o ralentizado sus proyectos de inversión. Una cuarta parte de las empresas han suspendido proyectos no esenciales, lo que podría tener un impacto dramático en el desarrollo económico futuro. Los sectores de minería, industria pesada, productos químicos y transporte se ven particularmente afectados, todos los cuales están experimentando caídas significativas en sus ventas.
Condiciones y desafíos económicos
La situación actual se ve exacerbada por la alta tasa de interés oficial del Banco Central Ruso, que el 42 por ciento de los encuestados ve como el mayor obstáculo para la estabilidad económica. Este valor ha aumentado un cuatro por ciento respecto al año anterior. A pesar de las dificultades existentes, el 66 por ciento de los representantes de las empresas afirman que su situación económica se ha mantenido estable o incluso ha mejorado. En 2024 todavía era del 84 por ciento.
Otro problema acuciante es la escasez de trabajadores cualificados, que el 48 por ciento de los representantes de las empresas consideran la mayor preocupación. Esto plantea una seria amenaza a la capacidad de la economía rusa para innovar y crecer. Sin embargo, las expectativas sobre las condiciones económicas para fin de año son cautelosamente optimistas: el 90 por ciento de los encuestados cree que se estabilizarán o mejorarán.
Avances críticos desde 2022
No se pueden pasar por alto los efectos de la guerra en Ucrania y las sanciones occidentales asociadas. La tasa de inflación se estima en alrededor del 10,2 por ciento en 2025, mientras que las reservas gubernamentales han caído a menos de 300 mil millones de euros, un mínimo histórico. El Kremlin intenta mantener el control de la economía y ha adoptado un modelo que recuerda a una economía de guerra. Vladimir Putin ha iniciado un gasto fiscal masivo en defensa, lo que ha llevado a un aumento del PIB del 4,3 por ciento en los últimos años. Cheque económico afirma que la economía rusa ha avanzado poco desde entonces. En 2022, el PIB se contrajo un 2,5 por ciento, seguido de una nueva caída del 1,8 por ciento en 2023, antes de un modesto crecimiento del 0,3 por ciento en 2024.
La dependencia del petróleo y el gas natural sigue siendo crítica, ya que el 70 por ciento de los ingresos del gobierno proviene de estas áreas. Las sanciones restringen el acceso a los mercados de capital y a las tecnologías, lo que resulta en una disminución de la producción industrial. Esto se ve subrayado por el cambio dramático en la estructura de las exportaciones, en particular la disminución de las exportaciones de gas natural a la UE en más del 85 por ciento y un colapso del 60 por ciento en las exportaciones de maquinaria y productos químicos desde 2021.
Por tanto, las perspectivas a largo plazo de la economía rusa parecen sombrías. Las debilidades estructurales, el creciente endeudamiento de muchas empresas y las cargas sociales podrían poner en peligro la sostenibilidad de la actual política económica de Rusia. Las respuestas de las empresas a los riesgos geopolíticos también han cambiado; Sólo el 15 por ciento ve esto como un problema importante, en comparación con el 56 por ciento al comienzo del conflicto. Esto podría indicar que algunas empresas se están adaptando a la nueva realidad.
En general, queda por ver cómo evolucionará la situación en los próximos años. Los problemas esenciales que hoy pesan sobre la economía rusa tienen raíces sociales y económicas más profundas, cuya resolución estará dominada por tensiones geopolíticas en el futuro previsible.