La economía rusa desafía las sanciones occidentales

La economía rusa desafía las sanciones occidentales

Las sanciones occidentales tenían como objetivo poner de rodillas económicamente a la beligerante Rusia, pero contrariamente a lo esperado, el producto interno bruto experimentó un aumento significativo. En respuesta a la invasión de Ucrania por parte del ejército ruso hace dos años, Estados Unidos y sus aliados impusieron extensas sanciones económicas que, según pronósticos del Fondo Monetario Internacional (FMI), se esperaba que condujeran a un colapso drástico de la economía rusa. Sin embargo, a pesar de una breve caída en 2022, el producto interior bruto registró un fuerte crecimiento y las previsiones actuales muestran una evolución positiva para el año en curso.

El Ministerio de Economía de Moscú pronostica un crecimiento del producto interno bruto del 2,8 por ciento para 2024, en comparación con las expectativas anteriores del 2,3 por ciento. Tanto el FMI como el Instituto Austriaco de Investigaciones Económicas han elevado sus pronósticos, lo que indica un desarrollo económico sólido. La demanda interna, impulsada por el apoyo de Moscú y el gasto de guerra, es un importante contribuyente al crecimiento. El mayor poder adquisitivo de la población debido al aumento de los salarios reales y las medidas de apoyo gubernamentales está impulsando el consumo privado, mientras que la industria se beneficia de los pedidos gubernamentales.

A pesar del colapso del comercio entre la UE y Rusia, otros países como China, India, Turquía y los países de la CEI en Asia Central han llenado los vacíos resultantes. El comercio chino-ruso alcanzó un nivel récord y China es ahora el mayor socio comercial de Rusia. Evadir las sanciones occidentales a través de negocios rusos a través de China es menos común, pero las exportaciones chinas a Asia Central han aumentado, lo que indica que estos bienes terminan en última instancia en Rusia. Rusia tiene un control cada vez mayor sobre el mercado mundial al ampliar las relaciones comerciales con varios países fuera de la esfera de influencia occidental.

Para seguir manteniendo el comercio, Rusia ha encontrado formas innovadoras de eludir las restricciones occidentales. La exportación de energía ya no se realiza a través de direcciones europeas y las empresas de Medio y Lejano Oriente desempeñan un papel importante. A pesar de las sanciones secundarias impuestas por Occidente contra terceros países como China o Turquía, existe el riesgo de que a Rusia le falten máquinas y componentes importantes en un futuro próximo, especialmente si se interrumpen las relaciones de suministro. En general, se observan con entusiasmo las consecuencias de estos acontecimientos tanto para los países involucrados como para el mercado global.