Un estudio refuta la energía barata procedente de la energía eólica y solar
Los hallazgos de un nuevo estudio muestran que los bajos costos de producción no necesariamente significan electricidad verde barata. La crítica al error de pensamiento detrás de la energía supuestamente barata.

Un estudio refuta la energía barata procedente de la energía eólica y solar
Un estudio de economistas cuestiona la creencia generalizada de que la electricidad verde conduciría a un precio de la electricidad favorable a largo plazo debido a sus bajos costes de producción. Este estudio muestra que la realidad puede no ser tan simple como la retratan los políticos y los cabilderos climáticos. A pesar del coste comparativamente bajo de producir energía a partir del viento y la luz solar, otros factores pueden aumentar significativamente el precio final para los consumidores.
Un error fundamental de razonamiento se manifiesta en la suposición de que los costes de generación determinan por sí solos el precio de la electricidad. Además de estos costes, también hay que tener en cuenta las tarifas de red, impuestos, derechos y gravámenes, que suponen una parte importante de la factura final. El estudio señala que estos costes adicionales pueden encarecer significativamente la electricidad verde, supuestamente barata.
Esta investigación revela la discrepancia entre los costes de generación inicialmente bajos y el precio final de la electricidad. Cada vez está más claro que los consumidores no deberían fijarse únicamente en los costos de producción para evaluar el impacto a largo plazo en sus billeteras. Más bien, se requiere una visión holística de los distintos componentes de los precios para poder hacer pronósticos realistas sobre la evolución de los precios de la electricidad.
Teniendo en cuenta estos hallazgos, es esencial que se tenga en cuenta la complejidad de los precios al discutir el futuro del mercado eléctrico y la transición energética. Una mirada diferenciada a todos los factores relevantes es esencial para tomar decisiones bien fundadas y tener expectativas realistas sobre la evolución de los costes en el sector energético.