Los altos directivos advierten: ¡la ley de IA pone en peligro la competitividad de Europa!

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Las empresas europeas advierten sobre los riesgos de la ley de IA. Los directivos exigen retrasos para garantizar la competitividad.

Europäische Unternehmen warnen vor Risiken des KI-Gesetzes. Manager fordern Aufschub zur Sicherung der Wettbewerbsfähigkeit.
Las empresas europeas advierten sobre los riesgos de la ley de IA. Los directivos exigen retrasos para garantizar la competitividad.

Los altos directivos advierten: ¡la ley de IA pone en peligro la competitividad de Europa!

Más de 40 altos directivos de empresas europeas han escrito una carta abierta a Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea. En esta carta expresan su preocupación por las próximas regulaciones sobre inteligencia artificial (IA) en la Unión Europea. Estas advertencias se refieren en particular a la complejidad de las regulaciones, que podrían poner en peligro la competitividad de las empresas europeas. Los directivos piden que se posponga dos años la aplicación de la nueva ley de IA, conocida como AI Act, para dar a las empresas más tiempo de adaptación, como por ejemplo sueddeutsche.de informó.

Entre los firmantes de la carta se encuentran empresas de renombre como Lufthansa, Mercedes-Benz y Philips. Estos críticos de la industria tecnológica describen la Ley de IA como burocrática y antiinnovación. Las preocupaciones de los directivos deben verse en un contexto más amplio: mientras la Comisión de la UE trabaja en un código de conducta voluntario para modelos básicos como GPT-4, Gemini o Llama, que debería estar disponible en agosto de 2023, crece la preocupación por el impacto de tales regulaciones en la fuerza innovadora de las empresas europeas.

La Ley de IA: riesgos y oportunidades

La Ley de IA tiene como objetivo regular de forma integral la inteligencia artificial prohibiendo determinadas aplicaciones que se consideran incompatibles con los valores europeos. Estos incluyen, entre otras cosas, la puntuación social y el reconocimiento de emociones en el lugar de trabajo. Ursula von der Leyen destaca que este marco regulatorio tiene como objetivo, en última instancia, aumentar la competitividad de Europa en el ámbito de la IA. Al mismo tiempo, Emmanuel Macron también expresa su preocupación de que unas medidas demasiado estrictas puedan llevar a Europa a quedarse atrás de sus competidores internacionales, como se indica en un informe complementario de faz.net se presenta.

Una de las intenciones centrales de la Ley de IA es aumentar la confianza del público en las aplicaciones de IA. Con ello se pretende crear una ventaja competitiva para la economía europea. Sin embargo, los estudios muestran que los proveedores europeos de IA están sólo débilmente posicionados en IA generativa en comparación con competidores estadounidenses como OpenAI/Microsoft, Google y Meta. Proveedores como Mistral AI están en el medio, mientras que Aleph Alpha ha dejado de desarrollar su propio modelo de lenguaje.

Obstáculos regulatorios y sus efectos

Las empresas que quieran utilizar la IA generativa deben desarrollar nuevas habilidades y posicionarse como operadores. Los requisitos poco claros para las medidas de formación podrían hacer que las empresas duden en utilizar la IA de manera oportuna. Por lo tanto, la Ley de IA plantea riesgos para la competitividad similares a los del Reglamento General de Protección de Datos (GDPR). Según un estudio de Bitkom, las restricciones legales y los requisitos de protección de datos se consideran obstáculos importantes.Para disipar el temor de las empresas a las consecuencias regulatorias, se recomienda un enfoque pragmático de la Ley de IA; Esto podría incluir cursos de formación más cortos y menos requisitos burocráticos para las pequeñas y medianas empresas (PYME).

En el contexto de estos acontecimientos, queda claro que la inteligencia artificial se considera una gran oportunidad para la economía. Aún así, persisten desafíos importantes, particularmente para los proveedores europeos que tendrán dificultades para alcanzar a los gigantes tecnológicos estadounidenses. Por lo tanto, la Ley de IA se mueve en un área de tensión entre la necesaria protección de la innovación y la habilitación de una competencia floreciente.