La inflación turca sigue aumentando: los expertos advierten sobre el próximo aumento de precios y la política económica poco convencional de Erdogan.
Según un informe de www.capital.de, la inflación en Turquía sigue siendo un problema importante a pesar de que el banco central haya realizado subidas masivas de los tipos de interés. Sin embargo, el gobierno ha frustrado los esfuerzos del banco central al aumentar el salario mínimo, lo que podría provocar un nuevo aumento de los precios. La inflación aumentó casi un 65 por ciento en diciembre, alcanzando su nivel más alto en más de un año. El aumento sorprendentemente grande del salario mínimo, que aumentó un 49 por ciento en comparación con el año anterior, podría conducir a un nuevo aumento de precios de al menos un 25 a un 30 por ciento. El banco central supone que la inflación aumentará a...

La inflación turca sigue aumentando: los expertos advierten sobre el próximo aumento de precios y la política económica poco convencional de Erdogan.
Según un informe de www.capital.de,
La inflación en Turquía sigue siendo un problema importante, a pesar de las masivas subidas de tipos de interés del banco central. Sin embargo, el gobierno ha frustrado los esfuerzos del banco central al aumentar el salario mínimo, lo que podría provocar un nuevo aumento de los precios. La inflación aumentó casi un 65 por ciento en diciembre, alcanzando su nivel más alto en más de un año. El aumento sorprendentemente grande del salario mínimo, que aumentó un 49 por ciento en comparación con el año anterior, podría conducir a un nuevo aumento de precios de al menos un 25 a un 30 por ciento. El banco central espera que la inflación aumente hasta el 75 por ciento en mayo.
Los problemas internos de Turquía se deben en parte a las políticas económicas poco convencionales del presidente Erdogan, quien ha impuesto una política monetaria flexible del banco central incluso cuando la inflación se ha disparado fuera de control. Erdogan se describe a sí mismo como un “enemigo de las tasas de interés” y ha despedido a varios jefes de bancos centrales y ministros de finanzas para implementar su política monetaria poco ortodoxa. El nuevo jefe del banco central, Hafize Gaye Erkan, ya ha elevado las tasas de interés clave al 42,5 por ciento para combatir la inflación.
Según un análisis, aumentar aún más el salario mínimo podría provocar un aumento significativo de la inflación y condiciones económicas difíciles. Es probable que las empresas intenten compensar los mayores costos laborales mediante precios más altos, lo que podría provocar una mayor inflación. Las políticas económicas poco ortodoxas del presidente Erdogan y la inflación persistente podrían conducir a una situación económica inestable en Turquía.
Lea el artículo fuente en www.capital.de