El dominio de China sobre las tierras raras: ¡la dependencia occidental al descubierto!

El dominio de China sobre las tierras raras: ¡la dependencia occidental al descubierto!

La dependencia del mundo occidental de las materias primas controladas por China se está volviendo preocupante. En una carta al editor, Manfred Bartel destaca la posición dominante de China en el ámbito de las tierras raras, el magnesio, el grafito y otros metales raros. Esta dependencia no es sólo un problema económico, sino también un riesgo geopolítico, que se ve exacerbado por la propia miopía de las naciones industrializadas occidentales. Bartel critica que los bajos precios de los productos chinos hayan expulsado a muchos productores occidentales, lo que ha provocado una pérdida de soberanía.

Hoy en día, dos tercios de todas las tierras raras se producen en China, lo que convierte al país en un actor crucial en el mercado global. En particular, la región de Baotou en Mongolia Interior, considerada la “capital de las tierras raras”, tiene una importancia fundamental para ello. En Baotou hay una "carretera de tierras raras" y un monumento a Deng Xiaoping, cuyas reformas económicas de los años 80 sentaron las bases del dominio de China en este sector. China controla más del 70% de la minería mundial de tierras raras y el 90% del procesamiento. Este control es preocupante para países como Alemania, que importa dos tercios de sus tierras raras de China, mientras que sus propias reservas están severamente limitadas por altos estándares ambientales y obstáculos burocráticos.

Impactos sociales y ambientales

Aunque las tierras raras suelen estar presentes en la corteza terrestre, extraerlas es extremadamente complicada porque suelen estar combinadas con otros metales o minerales. En China, esto sucede a menudo con el uso de ácidos altamente tóxicos, lo que provoca importantes daños medioambientales. El problema se ve agravado por el hecho de que China es el proveedor más importante de otras materias primas de la UE y posee muchas patentes sobre tecnologías de procesamiento. El impacto de esta dependencia es de gran alcance, y los países del G7 acordaron recientemente reducir la dependencia de China y desarrollar sus propias cadenas de suministro de materias primas de importancia estratégica.

Sin embargo, el desarrollo de nuevas instalaciones de almacenamiento y capacidades de procesamiento fuera de China no será posible de la noche a la mañana. Los expertos estiman que construir una planta de procesamiento puede llevar entre cinco y diez años, mientras que operar sitios mineros suele llevar mucho más tiempo.

Perspectivas y estrategias futuras

La reacción política en Occidente ante la actual dependencia de las materias primas se percibe como inadecuada. Bartel expresa su preocupación denunciando los fracasos de las políticas económicas occidentales que han permitido ceder industrias estratégicas a mercados no libres. Si bien Donald Trump planea negociaciones iniciales con Australia para asegurar el suministro de tierras raras, queda por ver si estas iniciativas pueden ser suficientes para superar los desafíos actuales.

Para minimizar el riesgo de una mayor dependencia, será necesaria una estrategia integral y coordinada que tenga en cuenta tanto enfoques innovadores para asegurar las materias primas como métodos de minería respetuosos con el medio ambiente. Aumentar la conciencia pública y la movilización política son cruciales para fortalecer de manera sostenible la industria occidental.

Puede encontrar más información sobre este complejo tema en los informes de Correo de Suabia, noticias diarias y Espejo.