La conclusión de Özdemir: ¿Pocos avances para la agricultura sostenible?

La conclusión de Özdemir: ¿Pocos avances para la agricultura sostenible?

Según un informe de www.tagesschau.de, el político del Partido Verde y Ministro de Agricultura, Cem Özdemir, persiguió hace aproximadamente dos años el objetivo de hacer que la agricultura fuera más sostenible. Entre otras cosas, quería garantizar que en Alemania se tuvieran menos animales de granja y que se mantuvieran mejor. Pero la organización medioambiental Greenpeace habla de dos años perdidos y el investigador agrícola Matin Qaim de la Universidad de Bonn opina que Alemania está ahora muy lejos de ser un sistema sostenible. En 2022, solo alrededor del 14 por ciento de las granjas operaban de manera orgánica, mientras que la gran mayoría de las granjas que trabajan de manera convencional aún carecen de una estrategia de sostenibilidad.

Desde una perspectiva científica, el mayor sitio de construcción es la cría de animales, ya que es responsable de grandes cantidades de emisiones de gases de efecto invernadero, un alto uso de la tierra y una fertilización excesiva. Por ello, el investigador agrícola Qaim pide un enfoque serio para reducir aún más el consumo de carne y otros productos animales. Para lograrlo, debería suprimirse el tipo reducido del IVA para los productos animales. Según Greenpeace, el número de animales de granja también debería reducirse a la mitad de aquí a 2045. Sin embargo, el político verde Özdemir hasta ahora sólo ha aportado mil millones de euros para una mejor cría de animales, mientras que la ciencia considera que se necesitan entre tres y cinco mil millones de euros al año. Además, su posición sobre los nuevos métodos de cultivo mediante ingeniería genética y el glifosato, un pesticida controvertido, sigue sin estar clara.

Las influencias que estos objetivos incumplidos del Ministro de Agricultura podrían tener sobre el sector financiero y el mercado son diversas. Una menor aceptación de los productos producidos convencionalmente podría conducir a un aumento de la demanda de productos ecológicos y sostenibles, lo que también podría conducir a un mayor interés en invertir en las empresas correspondientes. Además, una mayor regulación de la agricultura podría generar mayores costos para los productores y consumidores. Estos efectos podrían plantear nuevos desafíos para el mercado y el sector financiero.