Protestas contra el culto a las víctimas: ¡Cómo manipulan los políticos a los votantes!

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Las estrategias políticas para la activación de los votantes plantean interrogantes sobre la política económica: oportunidades, desafíos y efectos a largo plazo.

Protestas contra el culto a las víctimas: ¡Cómo manipulan los políticos a los votantes!

En el panorama político, la estrategia que se sigue a menudo es presentar a los votantes como víctimas para obtener su apoyo. Esta táctica suele apuntar a grupos de votantes insatisfechos que tienen una identidad clara. La narrativa de víctima puede tener consecuencias significativas, particularmente en la política económica. eso es lo que reportan Revista especializada “Fuw”, que las soluciones simples a problemas complejos que surgen de esta representación a menudo empeoran la situación.

Un ejemplo particularmente sorprendente de esta táctica se puede encontrar en la India, donde los políticos locales están proponiendo cuotas mínimas de empleo para los locales. Sin embargo, las cuotas elevadas podrían afectar la productividad y la competitividad de las empresas. Además, estas medidas generan desventajas competitivas cuando las empresas tienen que competir internacionalmente. Otro aspecto es que las empresas locales pueden crear menos empleos porque excluyen a los inmigrantes menos calificados.

Discurso de víctima en Alemania

La visión de las víctimas también tiene profundas implicaciones sociales. Helga Pollak-Kinsky, sobreviviente del Holocausto y testigo contemporánea, critica el enfoque en la historia de la víctima. Aboga por un mayor reconocimiento de las experiencias positivas y aborda las grandes expectativas puestas en las víctimas. Estas expectativas pueden dar lugar a percepciones problemáticas, ya que a menudo se asocia a las víctimas con la inocencia y la superioridad moral.

Efectos de la perspectiva de víctima

No se puede pasar por alto el cambio en las expectativas de la sociedad sobre las víctimas, que a menudo son percibidas como humildes y sufrientes. Los críticos argumentan que centrarse en la víctima puede conducir a una actitud pasiva. Jan van Dijk, un victimólogo, sostiene que la cultura occidental oprime a las víctimas y les deja poco espacio para su ira. Por tanto, el sentimiento de ser identificado como víctima puede perjudicar la propia capacidad de acción.

En la política económica, así como en el debate sobre los refugiados, el problema se vuelve claro cuando la narrativa de la “víctima” suele estar en primer plano en lugar de soluciones o enfoques positivos. Desde la perspectiva de cultura alemana El potencial reside no sólo en tener en cuenta la historia de la víctima, sino también en promover activamente habilidades y oportunidades para quienes se encuentran en situaciones difíciles.